Hoy me senti muy pleno en el Parque General San Martin. Y hablé con un árbol. Si. ¿Que no es posible?. Todo es posible, en la dimensión del amor. En la búsqueda de la verdad. Y en la vivencia de la verdad. En el sentimiento profundo de estar vivo con el árbol, y en el arbol, al que bauticé, Ross, yo pude admitir mi pequeñez ante la tristeza de Ross, al decir que teme por la vida de sus hermanos los vegetales. Y que con su brazo,-una rama- me decia eso: es mi brazo, Oscar. Y también con la certeza-yo- de que muy pocos pueden entender este contacto. Esta verdad íntima de mi vida. Porque todos los que vivan algo parecido, sólo ellos, podran entenderme o aceptar mi idea. Mi sentimiento. Porque, además, hay muchas formas de comunicarse con otras vidas, ya sean vegetales, animales, minerales, o de otros planetas, planos o dimensiones. Porque el Universo tiene vida. Vida latente, vida inconciente, vida muerta, y vida conciente, y vida...eterna. Y por cierto, este Cosmos, es inteligente, y es el Padre y la madre de todo lo viviente. Que en su simiente, es amoroso y venturoso.
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LOS ÁRBOLES SON VIDA, SON AMOR. PROTEJÁMOSLOS. |
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