Del libro LA ENFERMEDAD COMO CAMINO.
Pag 38.
"El instrumento de unificación de opuestos se llama amor. El principio del amor es abrirse, y recibir algo que hasta entonces estaba fuera. El amor busca la unidad: el amor quiere unir, no separar. El amor es la clave de la unificación de los opuestos porque el amor convierte el Tu y el Yo, en tú. El amor es una afirmación sin limitaciones ni condiciones. El amor quiere ser uno con el universo: mientras no hayamos conseguido esto, no habremos realizado el amor. Si el amor selecciona no es verdadero amor, porque el amor no separa y la selección separa. El amor no conoce los celos, porque el amor no quiere poseer sino inundar.
El símbolo de este amor que todo lo abarca es el amor con el que Dios ama a los hombres.Aquí no encaja la idea en que Dios reparte su amor proporcionalmente. Y menos aún, los celos porque Dios quiera a otros. Dios -la unidad- no hace distinciones entre bueno y malo, y por eso es el amor. El sol envía su calor a todos los humanos y no reparte sus rayos según merecimientos. Únicamente el ser humano se siente impulsado a lanzar piedras: que no se sorprenda por lo menos,que siempre se apedree a sí mismo. El amor no tiene fronteras, el amor no conoce obstáculo, el amor transforma. Amad el mal, y serás redimido. "
Esta parte del libro es magnífica, y resume todo el pecado del hombre. No sabe amar porque está dividido ante si mismo, y ante el mundo. Si descubre su unidad esencial, habrá alcanzado la verdadera salvación. Salvación que no es sin dudas, una recompensa católica en el cielo. Más bien, un volver a su estado natural.
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