Resulta que existe la felicidad como algo que se siente. Un perfume, que surge del ser. Algo bello,que muchas veces,no puede explicarse,pero se nota agradable, y a veces, enormemente gratificante.
Lo puedo experimentar de tres modos diferentes, de acuerdo a mi meditación.
Una, es cuando surge espontáneamente, sin mediar ninguna causa, como si fuera por el solo hecho de vivir,de existir. Mi amiga Elsa, y yo, lo llamamos "ataques de felicidad". Vienen y se van, y suelen durar poco. Pero para mi, son como inyecciones que permiten ensanchar un buen sentimiento, ya que luego de estos ataques, uno parece como "haber cumplido" con dejarlo surgir. O en todo caso, dejan algún extraño y bello aprendizaje. Como que "he logrado sentir".
La otra forma es haciendo algo. Por ejemplo, me decido a leer un libro,o a escribir este texto, o a dibujar,o pintar. Yo le llamaría la felicidad por la acción. Dura tanto como la actividad que estemos desarrollando. Tiene que ver con la voluntad. Con la decisión de ser feliz, de hacer cosas, y no dejarse deprimir. No dejar que la malaria nos atosigue. No dejar que el sufrimiento haga rendir dinero y tiempo, a gurúes, psicologos, o proveedores, que son los mercaderes de la oportunidad, para los que piden ayuda externa. No señores. Usted mismo siempre puede tener posibilidad de hacer algo para ser feliz. Incluso, no hacer, que es una manera de hacer. De realizar algo contrario -por ejemplo- a los estúpidos mandatos sociales. Por ejemplo, hoy mismo, estaba viendo un programa de televisión de chismes, y apagué el televisor. Me puse a escribir. ¿no es hermoso?. Claro,porque aqui también cambié un hecho por otro. Uno, el estar consumiendo tonteras (aunque sé que en otro día, volveré a ver el programa,ya que lo tenemos impreso en nuestra mente) por ocupar el tiempo, hace algo más lindo que me causó felicidad. Por todo esto, escribo sobre la felicidad entonces,ipso facto, es decir, tomar el toro por las astas, y decidir. Decidir dejar de sufrir Algo que no muchos hacen, ya que no toman sus vidas en sus propias manos.Se la dejan a otros. En este caso, a los conductores de televisión. Por eso, hay que decidir. Y esta es entonces, la felicidad que más interesa. Por cierto, la que viene de "arriba", la momentánea, es bella también. Yo digo ¿no será la momentánea un regalo por decidir muchas veces, a hacer cosas felices o que me causan felicidad de hecho?. En los dos casos, explicados, son muy deseables. Y deben derrotar la cultura del miedo,la culpa y el sufrimiento.
La tercera clase, es la felicidad del alivio. No encuentro algo que perdí, y de pronto, lo encuentro. Por casualidad, o porque lo busqué bien. Me duele la muela, y tomo un calmante. O me quemo,y me pongo una crema que me hace ir el dolor.
La segunda, es, entonces, voluntaria. Pero las tres son accesibles a todos los seres humanos.
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