La vida de un buscador de Dios,en estados alterados de conciencia, y en pro de una sanación completa.
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martes, 22 de abril de 2014
EL DON DE LA EXPRESIÓN.
Uno va, y se tira al piso, y hace piruetas. Otro, se rie a carcajadas. Un tercero gesticula y habla fuerte.
Esto es EXPRESARSE. Y además, hablar siempre sin tapujos, y mucho. Para algunas personas es signo de ansiedad y problemas psicológicos. ¿Es así en absoluto?. Para mi la persona que no se abre, que no rie, no llora, en la vida esta MUERTA. Es lo que yo opino. Y lo que dicen también muchos filósofos, sabios e incluso psicólogos corporales. Y transpersonales. Porque de esta forma, se exorcizan los demonios de la rigidez, de la falta de interés, de la dureza de carácter. Siempre habría que apelar a la expresión . A que todo fluya espontáneamente. Para que el hombre sepa de vivir plenamente. Las personas que no se expresan generan úlceras, y problemas en el cuerpo. Son tímidas, y así, pierden la oportunidad de ser felices. Es algo que no sólo lo opino yo. Está en muchos libros de autoayuda. En psicologías de este nuevo siglo, incluso. Porque en siglos anteriores, el hombre era muy duro en sus facciones, en sus ideas, y en su comportamiento. Y con ello, la maldad aflora. No quiero decir, claro, que sean malos los que no se explayen en la vida. No. Pero si es cierto, que las personas que no expresan sus sentimientos, sus frustraciones incluso, son menos felices. Las que lo hacen, logran un canto a la vida. Una alegría, muchas veces, por el sólo hecho de estar vivos. Una frescura permanente.Aunque sean ansiosas, en algún momento esa ansia, se transforma en verdadera dicha. Dicha de superar la ansiedad, de acuerdo a algo que está muy cerca: el entusiasmo. Las ganas de gritarle al mundo: ¡estoy vivo porque soy feliz!.
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