Me dispuse a ir a la biblioteca a llevar un par de libros. No dejé de pasar por un bar a tomar uno de mis desayunos. Pero esta vez, sólo una gaseosa. Ja!. Y después, fui a la empresa de cosméticos. Allí hice un pedido. Llevaba un buen día. Pero iba a ser Cumbre. Le llamo asi, a esos días, grandes, plenos, donde uno se pierde literalmente en la más grande de las felicidades. A la siesta, me voy andar en el micro, y ofrezco los cosméticos, o sea, muestro el catálogo. Lo hago por unos 45 minutos. Como lo hice antes, hablo con las mujeres. No me piden nada, pero son amables. Al llegar a mi departamento -fiel a mi estado de ser- se me ocurre ir a la plaza, a tomar café y leer un libro de astronomía. Eso hago. Me llevo la mochila, y descanso con un libro, frente a un tronco de árbol, que me trae lindos recuerdos. Eso pasa por una hora y media. Llego y están mis padres en el depto. Arreglan algunas cosas. Les hablo, para irse luego. A la noche, una sorpresa. Gabriela, me invita a la reunión de avangelistas. Llego al segundo piso, y estan todos. No pasaba nada, hasta que el pastor, me habla del perdón. Siento mi corazón estremecer. Una miedo grande, y a la vez, un alivio. Un sentimiento grande. Amor, amor, y más AMOR. Perdono a una amiga. Pienso en hacerle llegar eso en un chat. No podia esperar. Además, doy el diezmo con dos pesos, y comprendo mi acto .Me da paz. A la noche, tengo gran PAZ. Recito aforismos. ¡El Oscar otra vez en estado de POESIA!. Oro, y ro. Le escribo a Claudia y a Patricia. Hemisferios derechos de mi vida. No me contesta Claudia. ¿Lo hará?. No lo sé, pero SI sé que hice lo correcto. Un acto de amor, de perdón, y de valentia. Otra vez. Si, porque el día es demasido corto para ser orgulloso y egoísta.
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