Esta mañana hice trámite en el centro de Mendoza. Compré también una pila para mi puntero láser. Y un producto cosmético para vender de mi empresa de Reino S. A. Almorcé ravioles de ricota. Tomé mi mochila, y mi mate para estar ahora bajo los árboles frondosos del Parque.
Qué extraña es la vida. Qué extraños son los hombres.Tan insensibles; llenos de orgullo y muchas veces, odio. No les importa nada de nada, ni de nadie, como diría mi amigo Luis. A veces pienso qué hago aquí. Y otras, que soy muy feliz. Lo real es que lucho por estar mejor, y lo logro. Tomo decisiones de manera rápida y concreta. Digo "voy al Parque" y voy. Digo "voy al centro", y voy.
¿Es suficiente tomar decisiones?. No,porque uno siente cosas en el alma. Y hay que considerarlas, aparte de las buenas decisiones. Amor, desazón, miedo, alegría, sospechas, angustias,felicidad, ansiedad,paz. etc, y de manera desordenada. Sin timón. A la deriva. Un barco que está en alta mar, donde hay sol y oscuridad, permanentemente. Mucho más sol, a veces, y estertores de oscuridad. Cortos, pero intensos. A veces, desolación. Pero en general, gran felicidad. Extraña, pero felicidad al fin.
¿Qué me deparará el destino? ¡Qué pregunta!. Nunca se sabe, diría una amiga de facebook.
Pero de algo si estoy seguro: he vivido intensamente. Con amor. Quizás mi mayor legado.
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