Me preguntaba sobre Dios, la vida en el universo, y claro, la trayectoria astronómica se vio eclipsada fuertemente, durante varias décadas, por la de los ovnis. No me arrepiento. Pero sobre todo, porque hoy,con 55 años, estoy tomándome revancha de no haber hecho mayores estudios, y -entre varias cosas- ir a observatorios del país. Por eso, al final de este escrito, tengo un vídeo sobre el observatorio de la Universidad de Córdoba, en mi país, Argentina, visitado en 1975, con mi familia, en un viaje rumbo a San Francisco, donde tenemos parientes. Alli, conocí fugázmente, al en ese momento estudiante de astronomía, y hoy profesional de esta maravillosa ciencia, Francisco López. Este astrónomo, estuvo o está-no se bien- en San Juan, y tengo entendido que hizo un libro de astronomia para niños. En aquel momento, Francisco me hizo entrar al observatorio, y vi al gran tubo del telescopio, con algunas fotos impresas en la pared del mismo. Para mi desgracia, estaba nublado, pero desde ya, no importaba porque era de día, y sólo quisimos-quise, más bien- conocer como era un observatorio.
Pasaron los años. Impulsado por mi interés mayúsculo por el fenómeno de los ovnis, durante mucho tiempo, sólo lei algo en libros. Eso si, no perdia ocasión de ver el cielo, a ojo desnudo, y con un pequeño catalejo que me compraron. Pero no era suficiente.
Entonces, en 1984, mi amigo de aquellos años, Martin Ponce, me presta su telescopio de 20 cms de objetivo, por un año. Lo vamos a buscar con el auto de mi papá, a Mendoza, donde vive. Lo llevábamos en el asiento de atrás. Ja!. ¡Ustedes vieran cómo se veía!.Como si fuera un cañón. Ja!. Lo bajamos y dispusimos en la lavanderia de casa. Vivia en aquellos años, en San Martín, Mendoza, Argentina.
Con el telescopio pude ver la Luna, y algo más.
En 1987, Roberto Núñez, otro amigo y aficionado de aquellos años, me presta su aparato también de 20 cms de objetivo, por un año. Veo algo más.
Marcelo Albarrán,me hace ver con el suyo, al cometa Halley en 1986. Pero lo veo mejor a este astro maravilloso que hizo tanto furor, con el telescopio del mencionado Martín. Lo veo muy bien, como una nubecita, con su cabellera. Adenás, agarro una cartulina, y hago un mapa estelar con el paso del cometa.Lo pego en la pared de mi habitación. Y colecciono todo tipo de recortes de diarios, con info del mismo. Yo llevaba una revista artesanal cientifica, de ovnis y otros temas, donde coloco estos recortes.
Con el telescopio de Jorge Benningazza, veo a Saturno, en una oportunidad, y me emociono fuertemente. Lo noto marrón claro, con sus anillos, y de buen tamaño. ¡Qué maravilla!
Asi voy viendo con instrumentos de amigos. Y leo algunos nuevos libros, de la biblioteca Popular de San Martín, Ricardo Rojas, además, de otros prestados. Voy también haciendo una bilblioteca personal, que hoy concervo.
Para el año 2002, me presta -y durante tres años-nuevamente su telescopio, Martin.
Y en ese año, pertenezco al GADIAME(Grupo de Aficionados De Investigación en Astronomía Mendoza- Este) .Con este grupo, donde nos reuníamos en el Radio Club de San Martin, hablábamos de astros, ademas, de querer hacer un pulimiento de una lente que nunca se terminó. .Eramos unos 20 o 25 amigos. Yo, di una conferencia, artesanal, justamente, sobre cometas.
El grupo empezó el 6 de noviembre de 2001, y se disolvió el 1 de febrero de 2003. Para mi fue valioso, porque el valor que le di, lo ofreci en un comentario-con fotos de la maratón Messier- para el lbro de Pablo Pacheco, De Mendoza al Cosmos, sobre la historia de la afición y profesionalismo en astronomia y ciencias afines, en Mendoza.
En marzo de 2002, fuimos con GADIAME, a la maratón Messier, que se realizó en Uspallata, Mendoza, durante una noche, y parte del otro día. Vi mi primer objeto: Omega Centauri. Me dieron un diploma,que aún concervo.
Hasta aqui, lo hecho durante años atrás. Pero el "el plato fuerte" diría yo, empezó recién, en julio de 2012, con varias novedades más, algunas de las cuales ya comenté.
La astronomía es mi vocación, sin dudas. No obstante, no estudié nunca, debido a dos cosas que debo decir a fuerza de ser sincero conmigo mismo: no me da la cabeza para las matemáticas. Y no hay en Mendoza facultad. Pero les aseguro que haría como hice en 2012, con arqueología,y estudiaria de oyente si hubiera alguna en el futuro. Y por supuesto, no digo la verdad. Porque SI estudio. Lo hago como aficionado a tiempo casi completo,y sobre todo, considerando algo muy bueno para una persona: el entusiasmo.
Por lo menos, es lo que siento yo, y lo hago carne en mi ser, desde chico, pero hoy, con madurez, responsabilidad, y una auténtica pasión. ¡Y con amigos que me siguen con telescopios!. Pero también con mi querido Antares, mi "flaco" de 90 cms y 76 mm. Sin olvidar el "enano" prismático de 50 x 10.
Para gozo del espiritu.
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